"Jamás el poder hace lo que dice, ni dice lo que hace, ni cumple lo que promete." Eduardo Galeano
El clientelismo político es el instrumento de dominación que conduce a una continua dependencia y nos deja indefensos ante una poderosa clase política que solo busca auto-reproducirse. Es, fundamentalmente, una forma de opresión de clase, donde el patrón sostiene su carrera política y se mantiene en el poder. Esto es lo que pasó en Monte Caseros, en las elecciones internas del Justicialismo, que tuvieron lugar el domingo pasado, ya que los votantes, recibían esta bolsa (la que se ve en la foto) con alimentos a cambio del voto. Lejos de ganar el voto ocupándose y preocupándose legítimamente por el trabajo, la salud y la educación, lo hacen jugando con la necesidad de los más desposeídos, del trabajador flexibilizado, del sin empleo, del marginado del campo y la ciudad, que no tiene dónde ni cómo vivir ni cómo alimentar a sus hijos. Y lo hacen con migajas, con limosnas, con una bolsa con unos pocos alimentos, algunos de ellos incomibles. Con eso pretenden comprar nuestra dignidad, nuestra libertad, nuestra posibilidad de vivir en un mundo más justo y equitativo para todos. Por eso, el pueblo no debe olvidar estos casos de clientelismo, porque ellos reafirman la necesidad de contar con políticos propios de la clase trabajadora, honestos y sin compromisos con los empresarios. Y les decimos a los políticos del poder que tengan cuidado con la bolsa de la miseria, porque los que somos hambre, llanto y dientes apretados, también somos furia, bronca y odio contenido.
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